La mayor parte de los teóricos que se han ocupado de analizar los efectos de la comunicación de masas, han llamado la atención sobre el potencial socializador que atesoran los medios de comunicaión. Por socialización hemos de entender la internalización de normas, valores y pautas de conducta sociales por parte del individuo, un proceso que le sirve para relacionarse de manera satisfactoria con el mundo que le rodea, para vivir en sociedad y entender el entramado en el que se halla inmerso.
El papel de los medios de comunicación es históricamente reciente. En un principio, la familia era el órgano que dirigía y situaba al individuo en una continua adaptación al mundo social y natural. Cuando esta se quedó sin recursos suficientes frente a una sociedad en progresivo desarrollo y en aumento de complejidad, la escuela surgió como una segunda institución que hacía posible la socialización. Con el paso del tiempo y junto a estas dos instituciones, aparecen los medios de comunicación de masas, que van tomando espacios a la escuela, como en su momento hizo esta con la familia, provocando una profunda revisión de su trabajo. (tomado de Victoria Camps).
Los medios de comunicación son los espacios donde lo público se hace transparente y
donde los ciudadanos aprenden los hechos más elementales de la cultura, incluida la cultura democrática: modos de vivir, de comportarse, de relacionarse entre sí, de divertirse, de consumir (Pérez Tornero, José Manuel, 1994).
Los medios de comunicación son una de las herramientas de conocimiento de la estructura del mundo que tiene a su disposición el individuo en las sociedades contemporáneas. Pero, ¿qué imagen de la sociedad transmiten? Desde luego, una nada inocente. Es un axioma aceptado en comunicación que los medios no se limitan a reflejar la realidad, sino que en buena medida contribuyen a crearla. Podemos decir que existe una realidad que efectivamente es verídica, y una realidad mediática, que en apariencia es reflejo especular de aquella, pero que de hecho toma de ella sólo lo que le interesa, refundiéndolo para ofrecerlo a la audiencia de manera simplificada y esquemática. Se trata de una realidad distorsionada, por cuanto es fruto de la selección del emisor y obedece a los cánones ideológicos, sociales, económicos, culturales e incluso religiosos de este.
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